Este pequeño desván que se ubicaba en el ático de una vivienda entre medianeras en el reticular pueblo serrano, disfrutaba de unas espectaculares vistas hacia la Sierra de Grazalema gracias al aprovechamiento en altura por la abrupta pendiente del núcleo urbano. El pequeño espacio se encontraba en estructuras aprovechando la cubierta inclinada, sirviendo de desván de almacenaje, con acceso mediante unas escaleras lineales de hormigón.

Sobre la estructura se adecua este espacio bajo cubierta y, respetando los patios existentes, se  amplía el volumen edificado sobre la gran cubierta plana en desuso del edificio. Se aprovecha el bajo cubierta para ubicar la zona de almacenaje, lavadero (en la zona con menor altura), así como baño, salón y dormitorio secundario. La ampliación, conforme a los exigentes parámetros urbanísticos, servirá para añadir el dormitorio principal y la cocina comedor, ambos vinculados con el resto de la terraza.

En el diseño interior se ha optado por materiales cálidos en pavimentos, como parquet de madera y WPC en la terraza exterior, dejando el resto de paramentos en textura blanca para dotarlo de una mayor iluminación y amplitud, destacando puntualmente las líneas rojas que le dan cierta uniformidad y continuidad a los espacios, abiertos y funcionales, acentuándolos con luces LED que sirven para crear una luz indirecta y agradable al ambiente interior. El rojo, usado tanto en interior como en exterior es un color que, acorde a las cubiertas tradicionales de los pueblos blancos de la Sierra de Cadiz, acentúa y dinamiza los espacios, haciendo resaltar los elementos volumétricos y compositivos que le dan coherencia y homogeneidad a la obra.

Los volúmenes se amoldan a los patios existentes para crear espacios independientes e interconectados por un eje longitudinal. Éstos se alzan con una altura mínima y una fragmentación de huecos analizada según las perspectivas que desde el interior se tiene del privilegiado entorno natural y la silueta de la sierra gaditana. Se subraya en rojo (color de las cubiertas tradicionales) este contorno formal dotando a los interiores de una óptima iluminación e integración paisajística.

El lenguaje no lineal de los huecos surge del análisis del territorio donde se inserta la edificación, como simbiosis entre la estricta retícula del urbanismo del siglo XVIII y la organicidad del abrupto paisaje montañoso circundante. Los volúmenes ampliados quedan, por tanto, perforados por huecos irregulares trazados conforme a las vistas hacia el exterior desde los espacios interiores del ático.

Esta misma línea se lleva a los elementos interiores como estantes, con iluminación artificial, que junto con las obras del artista local José Hinojo, crean un ambiente único y estimulante. La cubierta ampliada se colmata con paneles fotovoltaicos que hacen a la vivienda autosuficiente energéticamente. Constructivamente se cuidan los detalles con Barandillas de vidrio, cubiertas sobre plots, iluminación lineal, materiales locales, carpinterías de altas prestaciones, instalaciones eficientes, para una optimización en la eficiencia energética y mejor integración arquitectónica del conjunto.

Para la iluminación, se eligen luces LED lineales, resaltando aspectos compositivos de los espacios, siendo difusa y cálida para el ambiente donde nos encontramos. Interiormente las obras del artista contemporáneo local anteriormente mencionado, se colocan en las diversas estancias de la vivienda. La cocina, lineal y blanca, se integra como un paramento más de servicio para aliviar los espacios centrales de comunicación. En el mobiliario utilizado, se elige un sofá también de color rojo intenso, y materiales más tradicionales y locales como la madera o el cuero para mesas y sillas.

En el uso de las carpinterías, las puertas ocultos y las camas plegables usadas en la habitación secundaria, hacen que la vivienda tenga una mayor versatilidad, usando, por ejemplo, este espacio como dormitorio simple, dormitorio doble, espacio de juego o espacio de trabajo.